despedido
Un despido tiene dos caras. Una se ve hoy, la otra en unos años.
El teléfono puede ser fuente de desventuras o una puerta abierta a cumplir los sueños más locos.
Supo que sus días estaban contados.
Con 15 años en la empresa y el legajo número dos, Damián era casi un miembro fundador...
Todo lo malo que pasaba en la oficina terminaba en esas dos palabras.